Miedo.

Puedo escribirte canciones o cantarte la que quieras al oído.
Puedo convencerte de que lo nuestro no está prohibido.
Puedo prometerte amaneceres sobre el mar,
y decirte que si querés, sólo tenés que intentar.
Puedo hacerte temblar con un beso y que en cada despedida anheles mi regreso.
Puedo hacer de tus noches las más felices y borrar de tu corazón las extensas cicatrices.
Puedo hacer que en sueños pronuncies mi nombre y que aun llorando conmigo te sientas muy hombre.
Puedo inventar anécdotas sólo para que te rías y hacer que, mirándome a los ojos, tu alma vibre de alegría.
Puedo fingir que nada me preocupa solamente para que, al verme un poco triste, no te invada la culpa.
Puedo sentarme, mirarte por horas, hablarte bajito, para tratar de entender que esconde ese verde infinito.
Podría hacer todo esto y tantas cosas más, pero mientras te gane el miedo sólo me queda dar varios pasos hacia atrás...

Poema N°30

Esta es la última vez, hoy me voy a despedir
de aquel que supo hacer de cada noche un rato algo mas felíz.
Esta es la última vez, debo dejarlo ir
porque tenerlo solo un poco no sirve y que sea mio es imposible.
Quedaron canciones de recuerdo, cabalas y juegos;
apodos y secretos que ya no volverán a serlo.
Fugaz pero completo, sensible pero escueto.
Lo que tuvimos, aunque poco, forma parte de este cuento.
Seguirá adelante y me recordará, con una sonrisa en los labios
asi como lo recordaré yo, al mismo tiempo que pasan los años.

Volvió.

Hacía mucho tiempo que no escuchaba resonar sus pasos en el viejo piso de madera de mi habitación.
Me había olvidado de él y cuando volvió me sentí muy mal.
Benito estuvo ahí tantas noches, acompañandome en infinidad de situaciones. Me escuchó llorar amargas madrugadas por aquel que se habia ido, me miró dormir con una sonrisa en los labios cuando las cosas marchaban bien. Me vió amar hasta incendiar mi piel a quien supo ser un gran hombre, hasta que terminó con mi cordura.
Era como mi ángel de la guarda, aunque es sabido que no soy de los que creen en Dios y sus derivados.
Pero un día se fue y no lo noté.
Me acosté varias noches y no lo escuché pasar por al lado de mi cama. Y pasaron las semanas, los meses. Me acostumbré al silencio y lo olvidé.
Pero entonces, cuando ya su nombre parecía haberse borrado de mi cabeza, apareció.
Como aparecen aquellos juguetes de la infancia cuando hacemos orden en la casa, o como cartas de amantes que ni recordamos haber tenido.
Mi amigo Benito, el fantasma que habita mi dormitorio y atemorizó a varias de mis amigas, ha vuelto.
Me asusté al principio al escuchar las tablas de madera. Me habia desacostumbrado a sentirlo tan cerca de mí. Pero cuando mi corazón normalizó su ritmo, cerré los ojos y me dormí.
Mis sueños están resguardados y, de a poco, todo vuelve a ser como fue.

¿Mentiras piadosas?

A ver...

El caso Roswell, hasta el día de hoy, sigue siendo una incógnita.

La llegada del hombre a la luna es por demás cuestionada.

Tras los atentados del 11 de Septiembre de 2001, por el agujero que quedó en el Pentágono apenas entra la trompa de un 747 y los restos de la nave nunca fueron vistos.

Si el vuelo 93 de UA se cayó o "lo cayeron" tampoco lo sabemos a ciencia cierta.

Varios de los "supuestos" secuestradores que se estrellaron contra las Torres Gemerlas, aparecieron luego de los atentados en sus países de orígen, vivitos y coleando.

Despúes de 10 años de intensa búsqueda, matan a Bin Laden quién, según el vocero de la Casa Blanca, no opuso resistencia.

Antes de que transcurrieran 24 horas del "histórico" hecho, el cuerpo es arrojado al mar, supuestamente siguiendo las tradiciones Islámicas.

Circularon por internet varias imágenes trucadas, lo que demuestra la facilidad con la que el gobierno de los Estados Unidos podría falsificar o crear esos documentos.

Aún asi, no se publicaron fotos, videos o grabaciones oficiales hasta el momento, por miedo a dañar la sensibilidad de algunas personas.

En conclusión, como dijo Karina Olga Jelinek (filósofa contemporánea), Lo dejo a tu criterio...