martes, 13 de diciembre de 2011

Miedo.

Puedo escribirte canciones o cantarte la que quieras al oído.
Puedo convencerte de que lo nuestro no está prohibido.
Puedo prometerte amaneceres sobre el mar,
y decirte que si querés, sólo tenés que intentar.
Puedo hacerte temblar con un beso y que en cada despedida anheles mi regreso.
Puedo hacer de tus noches las más felices y borrar de tu corazón las extensas cicatrices.
Puedo hacer que en sueños pronuncies mi nombre y que aun llorando conmigo te sientas muy hombre.
Puedo inventar anécdotas sólo para que te rías y hacer que, mirándome a los ojos, tu alma vibre de alegría.
Puedo fingir que nada me preocupa solamente para que, al verme un poco triste, no te invada la culpa.
Puedo sentarme, mirarte por horas, hablarte bajito, para tratar de entender que esconde ese verde infinito.
Podría hacer todo esto y tantas cosas más, pero mientras te gane el miedo sólo me queda dar varios pasos hacia atrás...

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