jueves, 5 de junio de 2008

¿ Huele a tierra mojada?

Cuando uno esta durmiendo, suena el despertador y escucha la lluvia que golpea en el techo, este FENÓMENO se transforma automáticamente en la musa que lo invita a quedarse diez minutos más en la cama. Descubrimos que es la banda sonora perfecta para nuestros sueños: la cama se vuelve más calentita y cómoda, el sueño vuelve muy rápido y esos escasos diez minutos parecen ser una eternidad. Pero afuera, la vida continua. Y no todos piensan que la lluvia sea una maravilla...¿O si?.
Mientras llueve en la madrugada, una persona en una plaza intenta dormir en un banco y despliega una magnitud de diarios sobre su cuerpo para impedir que el agua le cale los huesos.

En el campo, un paisano mira al cielo y se emociona. Sabe que lo que esta cayendo no es sólo un líquido, si no más bien una bendición y un futuro para su familia.

Una estudiante espera en la parada del colectivo, intentando que su paraguas no permita que las gotas “danzarinas” alcancen el trabajo práctico que le llevo un mes realizar.

En un hotel, una pareja hace el amor con la ventana abierta mientras que la lluvia sigue el ritmo y la intensidad de sus respiraciones agitadas. Y son felices.

El señor de un puesto de diarios, todavía no despliega su arsenal y mira con recelo a los tres clientes que pasaron de largo, apurados por no mojarse.

Una abuela prepara tortas fritas con todo el amor del mundo para que sus nietos coman en el desayuno.

El tránsito, minuto a minuto se empieza a congestionar. Todos quieren estacionar en la puerta del trabajo, el colegio de los chicos, la universidad. Parece que los días de semana, la lluvia es ácida y quema.

Así y todo, algunos aprovechan para salir a correr por el parque o caminar. No pueden explicar la satisfacción que les produce sentir el frío del agua en la cara.

Los más agraciados (léase los que no tienen que estudiar ni trabajar y además tienen plata) saben que los días de lluvia son la jornada ideal para una buena sesión de shopping.

Mientras tanto, en un barrio muy humilde, un padre de familia sabe que los días de lluvia son la jornada ideal para volver a preocuparse por que sus hijos no sean alcanzados por ninguna de las tantas goteras que su modesto hogar posee.

Infinitas gotas, infinitas situaciones, infinitas emociones.

Todo esto sucedía mientras yo soñaba que afuera llovía, haciendo que mis diez minutos en la cama pasaran a ser tres horas; tres horas que estaban dedicadas a la producción de este texto y que le fueron arrebatadas, empapadas por un extraordinario chaparrón de sueños.

3 comentarios:

AEZ dijo...

Me alegra muchísimo que te haya llegado lo que dije. Y más, que hayas abierto un blog. Y todavía más, que le hayas puesto pilas a un texto.

Que no decaiga. Éxitos.

Anónimo dijo...

En el cabezal dice que escribis "bastante y seguido". Ojalá sea "bastante y seguido y con esta calidad".
Que no decaiga, éxitos.

Anónimo dijo...

florcita de mi corazon sos una idolaaaaaaaa!!
vas allegar lejoss
te adorooo
tu amiga
mer